Febrero, mes por excelencia dedicado al amor, esperado por algunas y no tan querido por otras. Ese día en el que todo parece tornarse un poco más romántico y melancólico de lo habitual, ¿pero por qué no aprovechar esta fecha para realzar el verdadero sentido del amor? Aquel que trasciende más allá de la relación de parejas, aquel que alcanza la mano de nuestros padres, hermanos, hijos y amigos. Aquel que está siempre vigente no importa la distancia, el tiempo o nuestros viejos hábitos.
El amor es un sentimiento único, capaz de condensar en una sola palabra nuestra gratitud, devoción y admiración hacia aquella persona que sabe completar nuestros caminos. Las perlas, cuya palabra en latín significa “único” han sido siempre la gema que mejor refleja este sentimiento. No hay en el mundo dos perlas iguales, como no hay dos amores iguales tampoco.
Representan además sabiduría, lealtad, pureza y unión eterna y se dice también que absorben la energía negativa. Quizás por ello hayan sido utilizadas a través de la historia para diversos fines, como distintivos para honorables caballeros, o como piedras enigmáticas que capturaban la magia de la luna
Hoy tenemos la posibilidad volver a aquel romanticismo que añoramos, que nos envuelve en sus delicadas texturas, y nos enamoran con sus formas y colores. Cualquiera que sea la forma que elijas para acompañarte, ya sea de día, o de noche, déjate seducir por su poder, cautivante y único como cada una de nosotras
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